Cronología De Los Relojes Rusos Para Principiantes: Etapa 1
Antes De 1917.
Durante la última etapa zarista, no existe propiamente una industria relojera en Rusia. Durante esa época, prácticamente sólo la nobleza puede permitirse la compra de un reloj. Como no existen equipos especializados ni una tecnología puntera en el país, la única forma que tienen los relojeros rusos de competir con los relojes importados es comprar ébauches alemanes o suizos y ensamblarlos en el país en talleres locales. Estos talleres necesitan el permiso de la Corte Imperial para instalarse en el país. Entre estos talleres independientes, destacan relojeros eminentes como:
Pavel Buhre (Павел Буре). Hijo de un empresario ruso de origen alemán, trabaja con su padre en el negocio de la relojería. En 1874, adquiere una fábrica en Suiza y continúa fabricando relojes para Rusia. En 1899, se le otorga el título de “Proveedor Oficial de la Corte Imperial”.
Georges Favre-Jacot Locle (Георгь Фаврь-Жако Локль). Destaca por desarrollar en 1865 (y en un solo local) un taller integrando todas las fases para fabricar un reloj, automatizando algunos de los procesos de manufactura. Para los curiosos, en 1911, la fábrica que posee la marca en Le Locle pasa a llamarse Zenith.
Originario de Suiza, abre un taller en San Petersburgo en 1826.
1917. La Revolución De Octubre.
En 1917, el gobierno zarista es derrocado por los bolcheviques en lo que se conoce como la Revolución de Octubre.
Este acontecimiento convulsiona a todo el Imperio y también afecta en gran medida a la relojería. Ya en 1918, se nacionaliza toda la industria rusa, incluyendo todos los talleres de relojería independientes que existen, entre los que se encuentran los antes mencionados. Muchos de sus propietarios se ven obligados a retirarse del mercado ruso, algunos de ellos huyendo del país. Se avecina una época complicada en la producción de relojes dentro del país.
Sólo dos años más tarde, circa 1920, se crea el departamento “The State Trust of Precision Mechanics” (que se traduciría como “Ente Estatal de Mecánica de Precisión”), conocido también como Gostrest Tochmekh (“Гострест Точмех” en cirílico). Para entendernos, se trata de una cooperativa que agrupa a todos los talleres de relojes intervenidos por el estado. Con las piezas que hay en existencia en estos talleres se continúa la producción de relojes bajo el nombre de la cooperativa. Se fabrican relojes de bolsillo, pulsera, para ferrocarriles, etc.
1964. Fábrica de Relojería Oriol.
1922. Nace la URRS.
En diciembre de 1922, nace la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas, cuya abreviatura en castellano es URSS. En cirílico se denomina Союз Советских Социалистических Республик y su abreviatura es CCCP.
Uno de los principales objetivos de los nuevos dirigentes de la URSS es la modernización e industrialización del país. Si bien se completan planes para la electrificación de las grandes ciudades y se proyecta una mecanización de la producción agrícola, en el ámbito de la relojería la escasez de piezas y mecanismos hace que su industria no consiga despegar.
Después de la Revolución, la importación de piezas y mecanismos es cada vez más complicada. En los talleres empiezan a escasear las piezas y no pueden reponerse, cosa que hace peligrar la producción de relojes. El Gostrest Tochmekh se pone manos a la obra para solucionar este problema. Manda misiones comerciales por Europa para intentar cerrar acuerdos con empresas relojeras y así asegurar el suministro de piezas y relojes.
Hay un primer intento de acuerdo con un grupo de cinco empresas relojeras suizas de pequeña entidad para importar relojes de pulsera y bolsillo. El preacuerdo es desestimado inmediatamente por Moscú, alegando que son relojes de muy baja calidad. Seguramente estas empresas suizas no tienen mercado donde vender estos relojes, dada la coyuntura económica del momento y ven una oportunidad para deshacerse de ellos con los soviéticos, plan que no les funciona.
Paralelamente a este intento de acuerdo, la delegación comercial soviética mantiene también contactos con las principales relojeras suizas de aquellos años: Zenith, Longines, Omega, Moser, Nardin, Doxa y Tissot. Los dirigentes de Moscú marcan claramente las directrices a seguir para cerrar un acuerdo.
A continuación, las enumeramos:
1. La sociedad que se creara en territorio soviético debía ceder al menos el 49% de las participaciones al Estado, repartiéndose el resto entre las empresas constitutivas.
2. Las empresas relojeras suizas debían comprometerse a vender a la URSS hasta 400.000 relojes al año.
3. Las empresas relojeras suizas debían comprometerse a colaborar con medios técnicos y personal especializado para montar fábricas de relojes en territorio soviético.
4. En un plazo de cuatro años, las fábricas soviéticas debían alcanzar el máximo de producción. Debido a esta cláusula, en efecto se exigía a las empresas relojeras integradas en la sociedad que colaborasen técnicamente con los soviéticos durante un mínimo de tres años.
Todo este acuerdo (ya casi cerrado) se va al traste cuando un tribunal suizo absuelve al supuesto asesino del embajador soviético de Italia en Lausana. Esto no sólo afecta al acuerdo en el marco de los relojes, sino que desde Moscú se ordena bloquear en esos momentos cualquier trato comercial con Suiza.
Con la opción suiza descartada, la delegación comercial intenta llegar a un acuerdo similar con empresas alemanas, pero sin éxito. Empieza a haber mucho recelo de la gran potencia que está naciendo: la URSS. Este periodo está muy bien documentado en el trabajo del Sr. Alan F. Garratt.
Mientras tanto, el Gostrest Tochmekh sigue fabricando relojes como puede. Ya no quedan casi piezas en sus almacenes, que son necesariamente complementadas con componentes fabricados en territorio soviético. Todo ello hace que la producción sea lenta, un tanto desorganizada y muy insuficiente para la creciente demanda. Hasta los años 30, se intenta aliviar esta escasa producción con relojes importados desde Alemania y Suiza.
Los soviéticos se dan cuenta que no pueden desarrollar una industria propia a gran escala porque no tienen ni los medios, ni la maquinaria, ni la formación para hacerlo. En contraposición a esta realidad, existe un mercado interno inmenso que demanda relojes y más con la creciente industrialización del país, donde los trabajadores deben controlar sus horarios de entrada al trabajo, etc., así como establecer un preciso control horario.
Los planes de industrialización de Stalin suponen por tanto un momento de arranque de esta industria relojera, básicamente desde cero. Todo ello empieza con una orden del “Consejo de Trabajo y Defensa” donde manda al “Consejo de Economía del Pueblo” crear una industria relojera equivalente a la alemana, suiza o estadounidense, es decir, autosuficiente.
La creación de esta industria relojera a partir de cero no es tarea sencilla, por lo que existen ciertas discrepancias de cómo hacerlo. Para resumirlo lo dividiremos en dos propuestas:
La primera de ellas supone comprar todo hecho. Esta es la propuesta de Mikhail Fedorovich Izmalkov (el ingeniero jefe de la Planta Electromecánica de Moscú, MEMZ). Después de viajar a Alemania y ver sus fábricas, propone que el gobierno soviético adquiera plantas con sus máquinas, diseños y herramientas con un contrato donde el vendedor será el encargado de montarlo todo en tierras soviéticas y dejarlo todo en funcionamiento, con apoyo de sus técnicos y a un precio cerrado.
La segunda propone formar profesionales poco a poco en escuelas para después poder abrir fábricas por todo el país. Esta opción es defendida por el relojero independiente Vladimir Osipovich Pruss “Wolf”.
Primero vamos a ver quién es este señor para entender su posicionamiento sobre cómo se debe crear una industria relojera. Pruss en sus inicios reparaba relojes para los ferrocarriles rusos. Por motivos políticos y después de estar encarcelado, se exilia a Suiza donde amplía sus conocimientos y consigue una alta cualificación en relojería. Ahora ya podemos entender el porqué de la propuesta de Pruss, centrada en la formación en lugar de importar el talento.
Desde Suiza tiene contactos con Lenin en los que se discute la creación de una fábrica de relojes en Rusia, cosa que nunca sucedió por la coyuntura del país. Muerto Lenin y ya con Stalin en el poder, sigue mandando propuestas a los estamentos gubernamentales para fundar una escuela relojera y finalmente lo consigue. Pruss vuelve a Rusia y funda la Escuela de Relojería Tarasovka, donde enseña el oficio a niños sin hogar y sobre todo a mujeres y niñas.
Propone abrir muchos talleres a lo largo y ancho de la Unión Soviética, que se completarían con la compra de maquinaria de última generación desde Alemania y Suiza, acompañado también de la apertura de tiendas donde se venderían los relojes producidos. Los beneficios obtenidos de estas ventas se reinvertirían en más maquinaria y herramientas, con lo que en aproximadamente 2-3 años las plantas estarían perfectamente equipadas y a pleno rendimiento, creando así una industria relojera soviética propia. Piensen en la población de la Unión Soviética y en la cantidad de potenciales compradores que suponía, por lo que la rentabilidad estaba asegurada.
Se crea una comisión para buscar la compra de los equipos necesarios en Europa y Estados Unidos.
Suiza dice que no quiere saber nada (directamente ni deja entrar en el país a la comisión), seguramente propiciado por el boicot soviético de 1923 a causa del asesinato de su embajador en Suiza, tal como vimos anteriormente. Con el resto de los países europeos tampoco hay entendimientos, sobre todo con Alemania.
Puede deberse a varios motivos:
1. Miedo a la gran potencia que se estaba forjando y que a la larga se convertiría en un serio competidor de la industria alemana. La Unión Soviética ya se encontraba prácticamente electrificada y con su sector industrial creciendo de forma exponencial.
2. Desde un punto de vista comercial, si les daban las herramientas para hacer relojes, ¿a quién vendía Alemania todos los relojes que tenía almacenados sin vender después de la Primera Guerra Mundial? Perdían un gran cliente y generaban un gran adversario.
3. No ver bien al sistema comunista que se había instalado en la Unión Soviética.
Después de este estrepitoso fracaso, la comisión soviética hace las maletas y cruza el Atlántico rumbo a América.
1929. La Aventura Americana.
Antes de adentrarnos en este acontecimiento importantísimo, vamos a explicar lo que representa el ente Amtorg Trading Corporation, la primera representación comercial de la Unión Soviética en los EE. UU. Aunque formalmente es una sociedad anónima semiprivada y una corporación estadounidense, realmente se trata de la única firma que puede comprar o vender en nombre de la Unión Soviética, a pesar de oficialmente no representar al Gobierno Soviético. Aun así, Amtorg no hace nada sin el visto bueno del “Comisariado del Pueblo de Comercio Exterior”, tanto es así, que actúa casi como si de una embajada se tratase. En aquellos años, cabe recordar que todavía no hay relaciones diplomáticas entre EEUU y la URSS.
La comisión soviética, después de visitar varias fábricas de relojes, observa que la producción relojera estadounidense está mucho más avanzada que la europea, teniendo muchos de sus procesos totalmente automatizados. Esto entusiasma a los soviéticos que apuestan firmemente por el plan de Izmalkov, decidiendo comprar equipos estadounidenses.
Los atención de la delegación se centra en las fábricas Dueber-Hampden Watch Co. y Ansonia Clock Co., ambas en serias dificultades financieras. Los recursos económicos de los que disponía la Unión Soviética no son muy grandes por lo que la compra de maquinaria de última tecnología no es una opción, hecho que hace que se fijen en estas empresas endeudadas.
Así, la Amtorg Trading Corporation organiza la compra de equipos de producción, piezas y relojes en curso de tanto Dueber-Hampden como de Ansonia Clock Co., además de hacer una oferta a sus técnicos para que se desplacen a Moscú para continuar produciendo relojes y formar a los nuevos empleados.

Trabajadores norteamericanos rumbo a Moscú a bordo del “Aquitania”.
Fuente: https://es.hampdenwatches.com/new-page-2
Aun así, la vida en la URSS no era nada fácil para estos estadounidenses. La barrera del idioma era muy grande, muchos de ellos fueron a Moscú porque su futuro en USA era muy incierto debido a la gran depresión tras el “crack” bursátil de 1929. Algunos se sienten frustrados por aquella situación, cosa que afecta sus “ganas” de enseñar y formar a unos trabajadores que según su percepción no están “nada capacitados”. Dicho esto, hay relatos también en el sentido opuesto, donde algunos trabajadores americanos son felices allí y entablan amistades que mantuvieron incluso tras volver a su país.
Con el equipo adquirido de la Dueber-Hampden, nace la Primera Fábrica Estatal de Relojes (1ГЧЗ им Кирова, o 1GCHZ), convirtiéndose así en la primera compañía soviética con la capacidad de fabricar relojes y calibres a gran escala.
1 МЧЗ
Pero los soviéticos no sólo recurren a los americanos para equipar las fábricas de maquinaria, sino que contratan también asesoramiento americano para la construcción de las instalaciones. En aquella época, si había un experto en diseño industrial se trataba del arquitecto Albert Kahn, encargado de proyectar un gran número de fábricas en los EE.UU. El 8 de mayo de 1929, a través de la Amtorg Trading Corporation (recordad que tiene la exclusividad para hacer negocios entre EE. UU. y la URSS), se firma un acuerdo con el despacho de Kahn para diseñar la Planta de Tractores de Volgogrado. Un año más tarde, crea una consultoría exclusiva dedicada a la construcción industrial soviética, abriendo una delegación en Moscú desde la que asesora y forma a arquitectos e ingenieros soviéticos. Durante el Primer Plan Quinquenal se proyectan más de 521 plantas y fábricas.
La distribución del edificio y los amplios ventanales por los que destaca la Primera Fábrica Estatal de Relojes, hacen pensar que Kahn, directa o indirectamente, interviene en su diseño.
Con el equipo de Ansonia Clock Co., nace la Segunda Fábrica Estatal de Relojes (2-ЧАС Завод o 2GCHZ), con la finalidad de apoyar a la Primera Fábrica, produciendo relojes de mesa, monumentales, para estaciones ferroviarias, etc.
En junio de 1929, finalizan las obras de la 1ª Fábrica. En septiembre del mismo año, se termina de instalar el equipo primario. En octubre, ya empieza la producción de relojes. El primero que se pone en producción es el reloj de bolsillo Type 1, también conocido como K-43. Se basa en el movimiento Hampden Size 16. La designación “K” viene de la palabra Карман (bolsillo) y “43” es el diámetro del movimiento en milímetros. Los primeros relojes se fabrican con las piezas traídas junto a la maquinaria desde los EE. UU., siendo básicamente relojes como los de la época Tochmekh, es decir: montados en la Unión Soviética con piezas importadas.
Una vez gastado este stock, podemos decir que empiezan a fabricarse relojes 100% soviéticos (todavía se importaban algunas piezas, como los rubíes, ya que la Fábrica de Petrodvorets no era capaz de producir todos lo que hacían falta).
Gostrest Tochmekh sigue produciendo relojes hasta 1933, año en que se disuelve. La Primera y Segunda Fabrica Estatal de Relojes empiezan a funcionar a pleno rendimiento y ya no tiene sentido fabricar relojes en talleres coordinados por Tochmekh.
Un año tras el asesinato de Serguéi Mirónovich Kírov (1935), el gobierno firma un decreto por el cual la Primera Fábrica Estatal de Relojes pasa a llamarse Kírov en honor al político asesinado. La fábrica de Kírov ya funciona a pleno rendimiento. Sus relojes empiezan a ser piezas relacionadas con ciertos estatus en la sociedad civil, entre gobernantes y, por supuesto, entre miembros del ejército. En la factoría se producen relojes K-43 de bolsillo y de muñeca
Mientras tanto, en 1935, el Consejo de Trabajo y Defensa encarga a la Segunda Fábrica Estatal de Relojes (2GCHZ) ensamblar relojes de bolsillo con piezas fabricadas en la factoría Kírov. Pero, poco a poco, la 2GCHZ va siendo más autónoma y además de ensamblar, comienza a fabricar sus propias piezas, con su propia estética y ciertas diferencias muy sutiles en referencia a los calibres desarrollados en la 1GCHZ.
Este mismo año, se funda también la Tercera Fábrica Estatal de Relojes (3ГЧЗ Пенза, o 3GCHZ) en Penza, situada a 640 km de Moscú. El motivo de la aparición de esta nueva factoría responde a un decreto que establece la necesidad de producir relojes para mujer. Quizás puede parecer un hecho banal, pero esta orden supone el germen de toda la futura organización y modernización de la industria relojera soviética. Se trata de la piedra angular de lo que será todo el desarrollo posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Esta vez, la Unión Soviética dirige su mirada hacia Francia. Fred Lippman vende o cede las patentes del calibre T-18 a los soviéticos y él mismo actúa de intermediario con fabricantes suizos para adquirir la maquinaria necesaria para la fabricación de relojes. Ingenieros de la compañía francesa se encargan de formar y organizar a los ingenieros y trabajadores soviéticos en todas las tareas necesarias para poner en marcha la producción. Se ha especulado ampliamente sobre los motivos de esta sociedad en común, desde propiciar la propia expansión de su compañía, hasta la de sanear la economía de la misma o de su simpatía hacia el comunismo. Sea como fuese, marca el nacimiento de la 3ª Fábrica Estatal de Relojes Penza, construida sobre la base de una fábrica de bicicletas. Como fruto de esta unión, en Penza se empiezan a fabricar los relojes ZIF, acrónimo de “Завод имени Фрунзе”, en honor a Mikhail Frunze.
La producción de las fábricas continuará con normalidad hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial.
1941. Salvemos Nuestra Industria De Los Nazis
El 22 de junio de 1941, Alemania invade la Unión Soviética rompiendo el tratado de no agresión firmado en 1939.
Los alemanes intentan conquistar Moscú en la operación Tifón. Al comenzar la guerra, las plantas de relojes se transforman para participar en el esfuerzo bélico y producir elementos para el ejército como temporizadores, relojes para cañones o aviones, etc., dejando de lado los relojes de pared o despertadores de uso civil. Se hacen consignas del tipo “Все для фронта все для победы”, que traducido literalmente dice “todo para el frente, todo para la victoria”.
La amenaza alemana es muy grande. Los soviéticos, temerosos de que tomaran Moscú, deciden evacuar más de 2.500 fábricas de todo tipo, así como a millones de personas. No quieren que toda esa industria y recursos humanos caigan en manos alemanas. Entre estas fábricas están la Kírov (1GCHZ) y la 2GCHZ. En aquellos momentos de guerra, en octubre del 1941, se crea el NKMV, que traducido significa Comisariado Popular de Armas de Mortero.
El NKMV dicta dos órdenes que afectan a las fábricas de relojes:
1. La Orden 103 de diciembre de 1941 decreta el traslado de la 2GCHZ a la ciudad de Chistopol, a 1.000 Km de Moscú.
2. La Orden 104 de diciembre de 1941 decreta el traslado de la fábrica de Kírov (1GCHZ) a la ciudad de Zlatoust, a 1.600 km de Moscú, quedando protegida por los Montes Urales.
A pesar de este traslado quedan algunos operativos de retén en Moscú en ambas fábricas, que ofrecen servicio a los soldados del frente para la reparación de relojes y otros elementos para el ejército y para apoyar el esfuerzo bélico en general.
Fruto de esta evacuación nacen dos plantas más de producción enfocadas al esfuerzo bélico: la planta de Zlatoust (ЗЧЗ) (conocida durante la guerra como Fábrica 845) y la planta de Chistopol (ЧЧЗ / ChChZ) (conocida durante la misma como Fábrica 835).
En la planta de Chistopol, al igual que en la de Zlatoust, se producen relojes Type-1. Se sabe que se fabrican en grandes cantidades, por lo que se necesitaba mucha mano de obra. El personal desplazado desde Moscú no era suficiente por lo que se formó a parte de la población que allí vivía para trabajar en la fábrica. Pensad que la mayor parte de los hombres estaban en el frente, por lo que las mujeres y niños se convirtieron en la mano de obra disponible.
Una vez que los alemanes van perdiendo terreno gracias a las ofensivas soviéticas y la ciudad de Moscú queda fuera de peligro en 1943, el gobierno decide retornar las fábricas a Moscú. Veamos como quedan:
1. Vuelven algunos equipos desde Zlatoust a la 1GCHZ, pero ya no vuelve a producir el Type-1. Muy pronto vendrá otra nueva etapa con LIP como protagonista.
2. Vuelven parte de los equipos de Chistopol a la 2GCHZ, pero las máquinas del Type-1 no regresan. Comenzará nuevos proyectos como veremos más adelante.
3. Zlatoust no se desmantela y sigue operativa.
4. Chistopol no se desmantela y sigue operativa. Se convertirá en la futura planta Vostok.
1945. Fin De La Guerra.
El 9 de mayo de 1945 es conocido como el Día de la Victoria (“победа” o “pobeda” significa victoria en ruso) y cada año se conmemora este día como una gran fiesta nacional. Ya en paz, la industria relojera soviética empezará a desarrollarse sin coacciones bélicas. La relojería soviética sufrirá grandes trasformaciones.
En abril de ese año, Stalin firma la resolución 8151 del Comité Estatal de Defensa. Esta resolución encomienda al Comisariado Popular de Defensa, del que dependían las fábricas de relojes, a aumentar la producción y la calidad de los mismos. También especifica las características que debe tener el reloj, características que los ingenieros de la NII Chasprom (NII 5) ya habían redactado, trabajando bajo la base del diseño del calibre LIP R26. La marca del reloj debía llamarse “Pobeda”, en honor a la victoria sobre los alemanes.
En 1946, se crea la Glavchasprom, agencia gubernamental que dependía del Ministerio de Maquinaria General, Construcción e Instrumentación. Esta agencia gestionaba todas las fábricas de relojes del territorio soviético. ¿Por qué era necesaria una agencia así? Si pensamos con nuestra mentalidad actual vemos a una fábrica como una unidad que produce un determinado producto y que intenta venderlo en el mercado, luchando contra su competencia realizando patentes, secretos industriales y buscando ante todo sacar beneficios. Este planteamiento no existía en la URSS al ser todo del estado. Se consideraba a toda la industria relojera como una unidad, por lo que todas las fábricas colaboraban entre ellas, compartían sus patentes, fabricaban piezas que luego mandaban a otra que no tenía la capacidad de producirlas, se ensamblaban relojes con piezas manufacturadas en otras instalaciones, etc.
Glavchasprom fue la encargada de organizar todo esto y decidir que se hacía en cada fábrica para un mayor aprovechamiento comunitario de toda la industria. Aun así, esto no quiere decir que las fábricas no investigaran por su cuenta y tuviesen cierta “independencia” para mejorar el calibre, piezas o introducir avances que más tarde compartirían, pero que servía para aumentar su prestigio y así convertirse en una fábricas innovadoras a ojos del estado.
Llegados a este punto, en 1947 empieza la producción en masa del “Pobeda”. La distribución de la producción se resume así:
1. 1945–1948: Fábrica de Relojes de Penza.
2. 1946–1956: Primera Fábrica Estatal de Relojes (renombrada como Primera Fábrica de Relojes de Moscú en1947).
3. 1949–1958: Fábrica de relojes de Petrodvorets.
4. 1949–1960: Fábrica de Relojes de Chistopol.
5. 1953–1964: Segunda Fábrica de Relojes (renombrada como Segunda Fábrica de Relojes de Moscú en 1958).
6. 1950–2004: Fábrica de Relojes de Maslennikov (ZIM).
Producción En Masa.
La Primera Fábrica Estatal de Relojes es sometida a una gran remodelación para adaptar su sistema productivo al nuevo calibre. Tal es el cambio realizado en la fábrica que se renombra como: Primera Fábrica de relojes de Moscú (1MЧЗ им Кирова).
En la 2GCHZ, no se empezarán a ensamblar Pobedas con piezas de producción propia hasta 1951. Sin embargo, los relojes construidos en esta fábrica pasan por ser de los más bonitos que jamás se realizaron. El proceso completo de automatización de su producción no se logró hasta 1956.
Otra factoría que es designada a la producción del Pobeda es la Primera Fábrica Estatal de Joyas de Precisión (ТТК-1), renombrada como Fábrica de Petrodvorets (Петродворец). El ejemplo de esta factoría es particularmente especial, ya que sus instalaciones fueron totalmente destruidas durante la Segunda Guerra Mundial y su puesta en funcionamiento representa a la perfección el programa soviético de reconstrucción y reordenamiento industrial, llevado a cabo al finalizar la guerra.
Otros Relojes.
Si bien todo el esfuerzo de la industria se focaliza en la producción del Pobeda, sería injusto no citar a un buen número de fábricas que realizan relojes de pared o despertadores y que algunas de ellas ya funcionaban desde antes de la guerra. Este segmento es el gran olvidado por los aficionados, aunque no por ello deja de tener su importancia histórica.
El impulso de la revolución industrial, con su nuevo sistema de producción en serie, hizo realmente imprescindible el uso de un control horario lo más exacto posible. Si bien este control se llevaba a cabo por relojes mecánicos, la incomodidad de darles cuerda, o de sincronizarlos a diario, hizo que se empezasen a instalar los primeros relojes eléctricos. Estos relojes eléctricos eran del tipo conocido como “Master Electric Clock” o “primarios”, que a su vez repartían la señal horaria a través de pulsos electromagnéticos a relojes secundarios o “esclavos”. Una de las primeras referencias gráficas conocidas de este tipo de relojes pertenece a la Primera Fábrica Estatal de Relojes ya en 1934.
Aunque después de la guerra, básicamente la producción de este tipo de relojes se transfirió a la “ЭЧЛ” o “Factoría del Reloj Eléctrico de Leningrado” (Электрические часы Ленинграда). La andadura de la “ЭЧЛ” como factoría de relojes empieza en 1946 tras la “importación” como “reparación de guerra” de relojes mecánicos de péndulo de precisión de la compañía alemana Strasser & Rohde. Sin embargo, un año después ya empezaron a fabricar los relojes primarios y secundarios electromecánicos, así como relojes de estación, de edificios, etc.
Además, esta factoría también se unió al esfuerzo de la producción en masa de los Pobeda y marcas derivadas como Svet, e incluso Zvezda, fabricando las esferas y ensamblando estos relojes en sus instalaciones.
De entre las fábricas de relojes de sobremesa y despertadores, me gustaría citar a la Fábrica de Relojes Ereván (ЕЧЗ), que a principios de la década de los 50 se convirtió en una de las más importantes de su segmento.
En la ciudad de Oryol se encontraba otra conocida marca dedicada a la producción de despertadores. Se trata de la fábrica “Yantar” (ОЧЗ). A principio de los años 50, montaban despertadores con piezas suministradas desde la Segunda Fábrica de Relojes de Moscú (2MCHZ). Poco después ya producen ellos mismo las piezas y son autosuficientes en toda la producción. También son muy utilizados sus relojes para el juego del ajedrez.
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